Yoselin Cuayahuitl Morales, Coordinadora de Atención Ciudadana
Antes de desarrollar la idea central del texto, me parece importante definir qué es prevención. A lo largo de nuestra vida lo hemos escuchado tanto esta la palabra que ya se ha vuelto común en los tiempos que estamos viviendo, más cuando se ocupa en infinidad de temas. De acuerdo con la RAE la prevención es “la preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar un riesgo o ejecutar algo”; sin embargo, en esta ocasión nos enfocaremos en la definición que las Naciones Unidas señalan de la prevención del delito como aquella que “engloba las estrategias y medidas encaminadas a reducir el riesgo de que se produzcan delitos y sus posibles efectos perjudiciales para las personas y la sociedad, incluido el temor a la delincuencia, y a intervenir para influir en sus múltiples causas”.
Con lo anterior podemos decir que la prevención del delito va más allá de solo anticiparnos, pues debemos analizar los hechos y conductas para poder determinar aquellos factores que favorecen o desfavorecen que se cometa un delito. Esto es aún más complejo cuando hablamos de personas pues debe tomarse en cuenta que cada individuo puede actuar de diferentes formas ante un mismo estímulo, pero se pueden obtener buenos resultados una vez que se lleve a cabo un buen estudio de cada uno de sus elementos.
Nuestro rol como sociedad es una parte importante en este punto, puesto que la seguridad no solo es cuestión del gobierno, sino que cada uno de nosotros vamos formando con las acciones que realizamos. Casi siempre escuchamos que los índices de delincuencia suben día a día, pero ignoramos que se está haciendo al respecto o qué estamos haciendo para que el tejido social se reconstruya. La seguridad la formamos cuando cada uno de nosotros, nos cuidamos con simples acciones como estar atentos a nuestro entorno, conocer nuestros derechos, conocer a nuestros vecinos y autoridades, cuidarnos entre nosotros, y es que esto es la corresponsabilidad ciudadana, ser partícipes en proponer o buscar una solución a aquellos problemas que nos afectan como sociedad, esto hace la diferencia entre ciudadanos apáticos y ciudadanos que se involucran con su entorno para mejorarlo. Por ello la importancia de hacernos responsables de nuestras acciones y ser más cuidadosos con cada una de nuestras conductas.
En perspectiva de la criminología ambiental el medio ambiente representa una influencia en el comportamiento del ser humano más no el origen del comportamiento antisocial. Pongo un ejemplo: imaginemos que vas caminamos por un parque o área verde y en el trayecto encontramos basura, hierba crecida o árboles que no han tenido el debido cuidado, incluso grafiti en las paredes. Este escenario provoca desconfianza, miedo, inseguridad y mal aspecto por lo que seguramente la zona será evitada en nuestro camino.
Acabamos de identificar un punto rojo, donde cualquier persona puede ser vulnerable. En lugar de esquivar ese punto se puede hacer hacer algo al respecto, ya sea dando a conocer a las autoridades correspondientes de la situación o bien en colaboración con vecinas y vecinos intervenir la zona y recuperar ese espacio público con la finalidad de restablecerlo y utilizarlo como un espacio de convivencia. Aquí es donde te darás cuenta de que puedes hacer mucho más aportando, participando, apoyando y conviviendo con más ciudadanos y autoridades que solo haber evitado el lugar.
Todos los factores antes mencionados fueron importantes para que se pudiera llevar a cabo una conducta antisocial o bien para que los ciudadanos tomaran cartas en el asunto trabajando en equipo y el espacio pudiera ser aprovechado de una forma favorable. Ahora bien, en caso de ser víctimas de algún delito es importante acudir a denunciar el hecho, esto es parte de nuestra corresponsabilidad, dar a conocer a la autoridad lo que está sucediendo, para evitar que el delito se repita en un futuro.
La corresponsabilidad ciudadana es un punto importante para la prevención del delito, debido a que, si la ciudadanía se empodera al identificar los problemas, proponer soluciones y llevarlas a cabo podrá recuperar ese tejido social que se está debilitando en nuestra sociedad.
Para concluir me es importante recordar que involucramos en las problemáticas que nos aquejan como sociedad y en su solución podemos hacer más pues justamente es parte de nuestra responsabilidad como ciudadanos.
